¿Habías pensado alguna vez qué aspectos tienen en común un músico y un deportista,
independientemente del deporte que practique? Quizá se parecen más de lo que
pensamos en un principio, ya que ambos…


1. Necesitan y trabajan con el sistema musculoesquelético para realizar su
objetivo.

2. Precisan entrenar diariamente, o con mucha regularidad, para mantener o
mejorar sus capacidades. Ambos precisan “mantenerse en forma”.

3. Realizan movimientos muy repetitivos, lo que aumenta el riesgo de sufrir
lesiones y patologías propias, debido al roce y/o desgaste de las
estructuras que actúan.

4. Deben realizar un calentamiento previo a su actividad, con el objetivo de
que todas las estructuras que van a trabajar estén preparadas para ofrecer
el máximo rendimiento, y además prevenir las lesiones.

5. Sufren un acortamiento de la musculatura como consecuencia de la
actividad, por lo que deben realizar estiramientos después, para bajar el
tono muscular y recuperar la longitud apropiada en los diferentes grupos
musculares.

6. La inactividad durante periodos largos de tiempo conlleva un deterioro de
sus capacidades, habilidades o forma física y mental, que inevitablemente
supone un tiempo de recuperación hasta volver al estado óptimo.

7. Sus lesiones se denominan “deportivas”. En el caso de los músicos, au
nque no se las denomina así, son prácticamente las mismas que las que
sufren los deportistas que utilizan las mismas estructuras anatómicas.

8. Necesitan tratamientos específicos para sus lesiones, patologías o
dolencias, para que la recuperación sea lo más rápida posible.

9. La espalda supone el gran sostén para realizar su actividad, siendo muy
importante mantenerla en la mejor postura posible para evitar daños en
ella.

10. Tiene una gran importancia la psicología o “fuerza mental” en muchos

momentos y aspectos de su actividad.

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